Inventando. «Formas del amor: Amor sin deseo»

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-Te amaré siempre-.

-Te amaré siempre-.

Para despedirse durmieron juntos por última vez, dio igual estar desnudos o no, en la casa donde convivieron durante años, en un banco en la estación, o tumbados en la arena de la playa observando el atardecer.

-¿Seremos amigos?-.

-Somos amigos, siempre lo fuimos-.

-A veces pasa-.

Y es el amor del deseo,
el de los amantes,
el que desgarra en la separación.
El que te hace balancear,
entre el amor y el odio,
en constante temor de perder.

-¿Cuándo ocurre el amor sin deseo?-.

Es el que no da miedo jamás,
ni a la soledad o el abandono,
es el que sale solo de ti, generoso,
sin esperar nada.
Es el que une sin amarrar
el que te libera
el que te hace formar parte,
del todo tú,
del todo yo.
Es la paz por compromiso,
a tu consciencia,
a tu confianza,
a la mía.

-¿Y si no hay amor?-.

-Tampoco habrá deseo-.

-¿Y si no hay deseo?-.

-El deseo es una cualidad del amor pero no está en toda forma de amor-.

Deseos pides a estrella fugaz,
a la casualidad del universo
o al destino planetario.
Deseos pides al amanecer,
al entrar en los sueños
o a lo que no puedes ver.
Deseos pides a tu cuerpo,
a tu hambre por conocer
o a cuerpo por pertenecer.

Es el deseo la arritmia
el animal sin domar
lo que gustaba contemplar
es el placer y la alquimia
buscando más
más, aún más.

-Pertenecer-.

-Ni siquiera tú te perteneces-.

-Solos. Solo queda la soledad-.

-Todos estamos solos, y todos formamos parte-.

-¿De qué sirve el deseo?-.

-Es una forma de amor-.

-Y ¿cuánto dura ese amor?-.

-Como todos. Siempre-.

-¿Cuánto es siempre?-.

Es siempre el hoy que vives
sin mañana que lo deje atrás
sin deseos incumplidos
tan dulce y amargo
tan intrínseco al nunca
o al jamás.
¿Qué más da cuánto dure
si en la noche dormirás
si nuevos deseos desearás
si no hay confianza o lealtad?

-¿Es el deseo temporal?-.

-Como la belleza quizás-.

Hay tantas formas del amor como formas de vivir, de sentir. Todas a la vez en un solo día o durante toda la vida. Incluido el nunca en el siempre, como la muerte pertenece a la vida. Vivirlo tal y como ocurre, con consciencia o con la salvaje y más pura intuición, ilógico o matemática razón.

-¿Y si funciona?-.

-¿Puede ser?-.

-A veces pasa-.

Inventando. «Formas del amor: cotidiano»

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…calmo, calmo amor, calmo en vinculo instruido…

~

Es del querer el más importante
creando el vínculo con otro ser,
no será dependencia, sino vital.

Es el amor que te hace donante
es el afecto y la caricia que des,
apoyar idea, el abrazo esencial.

Es el beso de buenas noches,
el buenos días que hace andar,
templar el ser que vive catarsis.

Es la adoración en derroches
el lúcido poder de saber amar,
compañero social en sinapsis.

Es la pasión de vida anunciada
red de lazos que no se amarra,
motivo para quedarse y volver.

Es templada emoción cotidiana
dosis de azúcar y sal aguada,
es amor calmo que acontecer.

~

Diario no diario. «Amor y odio entre libertad y confianza»

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¿Confías en quien te quita o da libertad?

¿Confías en quien se siente libre?

¿Da libertad tener confianza?

¿Da confianza sentir libertad?

¿Se puede ser libre sin confianza?

La libertad es un estado expresado en acción. Otorgarse y dar a otros el derecho a hacer y ejercer según su pensamiento y voluntad, sin ser coaccionados.

La confianza es un estado de fe, que da energía motora a lo que se hace. Es un sentimiento de seguridad y propósito firme sobre lo que somos, pensamos, nuestras creencias y deseos.

¿Podemos hacer libremente algo pero no tener confianza en que el resultado sea el deseado?

¿Podemos tener una confianza absoluta en algo que sabemos no poder llevar a cabo por ser o estar coaccionados?

Existe una relación de amor y odio entre estos dos estados, pues a veces la confianza plena en nuestras capacidades nos aporta la libertad de ejecución y poder realizar lo deseado, sea cual sea el resultado. Pero sin confianza en lo que hacemos, ni en nosotros o en los demás, estamos provocando una oposición a la libertad de acción.

Como casi todo, la perfecta conjugación de ambas es la clave para que surja la mejor comunicación en las relaciones con los demás y el entorno, ya que tanto una como otra, están rozando el mutuo respeto, dependen de ingredientes adicionales y trabajar la conciencia de uno mismo, la comprensión, humildad, generosidad, compasión, tolerancia, amor propio, … Y caminando en sutiles diferencias, llevan al mismo lugar: ser tú y ser consciente de la existencia de todo lo demás.

La libertad no otorga poder de invadir la de otros, sino tener conciencia de ti mismo, como la confianza no da el poder de abuso, sino fe en ti y en los demás.

La libertad necesita de la confianza en nosotros y en el entorno. No se puede tener libertad sin confianza y no se puede confiar sin sentir libertad.

Inventando. «El amor de tu vida»

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-Ser amados nos hace ser y querer ser mejores personas, pero amar y querer lo que uno es, lo que hace y la vida tal y como ocurre, te hace ser mejor persona-.

…Sentados alrededor de la mesa camilla, con su calefactor caldeando el invierno, unas bebidas y algo que picar para acompañar la charla.
Nos ponemos al día de noticias, anécdotas, reímos con los chistes que nos contaron y variedad de tonterías que vienen a colación para pasar una buena tarde-noche.

Estamos muy lejos de «Sexo en Nueva York» y de idílicas reuniones de viejos amigos de «Friends». A lo que más nos acercamos es a la realidad de un grupo de personas que, a partir del viernes tarde piensan en liberarse de rutinas de madrugar, impuestos, clientes, jefes, profesiones en vía de desarrollo y responsabilidades sociales o familiares.

A la segunda copa de vino la cosa se anima y nos relajamos, acomodándonos en el ambiente a media luz, unas velas y eligiendo música acorde al paso de las horas.

Luis, sentado frente a mí, inauguró la velada con sus historias de encuentros amorosos y propuestas deshonestas por parte de una compañera de un grupo en el que se ha metido para reconducir su vida laboral. Nunca le faltó trabajo, ha entrado en esa edad en la que las empresas ya no te quieren y su carta de presentación ha de ser decorada con nuevas técnicas de marketing. Nos hizo reír contando las terapias de abrazos que se generan entre desconocidos, en iguales circunstancias de desamparo económico, y los postureos ante una cámara de video que le harán ser más abierto y atractivo ante posibles entrevistas. Sus ojos comienzan a achisparse, me pide papel para liar un segundo cigarrillo de marihuana, ésta se la pasó una amiga a Rosana para infusiones relajantes, la metió en un tarro en el que escribió «Hierbabuena».

Rosana, estaba sentada a la derecha de Luis, con el que compartía una manta, es adicta al tabaco y al café, es fácil tanto en la lágrima como en la risa y atiende que no falte nada para beber. Hasta la cuarta cerveza no notas nada en ella, ya a la quinta, coge «el puntillo», y puede ocurrir cualquier catástrofe dramática rememorando sus momentos bajos, remontándose incluso a su infancia. Se le dan bien los números y ajustando las cuentas de otros, sobrevive y le hace levantarse a las 6:15 a.m. Se está recuperando de un desamor que traicionó sus expectativas, así que unos tiros al cigarrillo relajante le vienen muy bien para reír sin motivo, hasta de mi flequillo. Cosa que no podría hacer con Pura, que su pelo cae al perfecto estilo japonés.

Pura está iluminada entre la luz de dos velas sobre la mesa, pega sorbos a un vaso de agua del tiempo y picotea palomitas recién hechas. Se muestra prudente y expectante ante lo que sucede sin aflicción. Escucha y se ríe, asiente y sigue la conversación. La cálida luz potencia su tez blanca tirando a textura porcelana, pequeña pero llenando un espacio considerable con su rotunda y equilibrada presencia. Es experta en alquimias y sus conocimientos serán remunerados por muchos años, sin preocuparse por renovar su técnica de pose en este incierto mundo laboral. Arraigada a su tierra, es fiel a tradiciones y a la amistad, siempre llega cinco minutos más tarde que María.

A María le encanta su tarea, tiene una verdadera vocación, encontrando un equilibrio perfecto entre sus sueños y la realidad. Siempre rodeada de amigos, familia, proyectos laborales que le incentivan y se apunta a todas las fiestas, pero sin descocarse demasiado. Se ríe de su sombra ironizando con lo que podría ser y lo que resulta ser después, intuitiva y fuerte como un roble. Eso le dije yo un día: «María, estás sana como un toro», y ella añadió: «¡fuerte como un roble!».

Yo, esta «mujer sin igual», más o menos igual que todos, en el mismo intervalo de años vividos que mis contertulios, en búsqueda de alternativas para no posar por conseguir un contrato basura. Con un solo vino ya me estoy riendo de los ojos achinados de Luis. Comienzo a decir muchas tonterías a la segunda copa, y a la tercera, te puedo declarar mi amor, aunque te acabe de conocer. Me gusta la simbología y todo lo que tenga que ver con el contenido mágico de las cosas, como las metáforas o descubrir formas y significados a la espuma del café. Ellos lo saben, así que de vez en cuando cogemos mi baraja del Tarot para plantear adivinanzas, y con las figuras e iconos, desvelar los aconteceres que pudiéramos vivir. ¿Qué te depara el destino?…

-¡Tachán, tachán!, veo a un hombre moreno que vas a conocer muy pronto con el que tendrás una aventura apasionada…-.

O algo así como, -vas a recibir una oferta laboral en la que puede que cambies de ciudad-.

Les hago barajar y elegir, después, los Arcanos nos hablan con sus figuras y yo compongo la historia, creando expectativas estrambóticas o con cierta posibilidad.
Esta noche fue diferente, fue María la que quiso echarlas a los demás. A mi me gustó la idea, ya que nunca me predicen el futuro.

-¡Qué bien!, a ver, a ver…-.

Hizo dos rondas a cada uno, con preguntas sobre la vida en general y lo que más juego daba y tema principal que alargaba la lectura:

«El amor de tu vida»

~
¡Qué solos aún entre amigos!
el desértico corazón que anhela
más amor, si se puede desear
con desespero, el frío es testigo
de sábana que pasión no alberga,
de deseo de pecho que abrazar.

¡Qué solos aún entre colegas!
suspira la ausencia constante
buscando la sintonía perfecta
de poesías e idilio por entregas,
árido baile de lluvia incesante
del chamán, el amuleto acepta.

¡Qué solos aún entre amantes!
a uno solo de compañero tolera
en íntima y romántica confesión,
como él o ella, nadie hubo antes,
acostar y levantarse con bobera
que seas por quien late su corazón.
~

El amor, ahí está siempre, que un rato de charla nos dio, nos reímos un poco de todo, pero me queda la sensación de si realmente nos afecta tanto estar solteros. Es curioso eso del amor, anhelamos algo más, mucho mejor, que ni la amistad, el compañerismo o la familia nos puede dar, queremos que sea único y nuestro, que nos acompañe hasta el fin del mundo, superando junto a ti todos los problemas, sobretodo, con la fuerza de ese amor, que el destino hizo realidad, aquel que va contra todos y todo, porque… el desamor, nunca jamás, quisieras soportar, porque es cansado terminar y comenzar. Porque es el destino, y el destino es una fuerza superior a lo humano, es más fuerte que tu voluntad, incluso lo dicen las cartas del Tarot, o las estrellas, con signos y caminos que escoger para que seas finalmente feliz, tal y como estaba escrito para ti.

En fin, es divertido hacer lecturas, nos lo pasamos bien, creo y confío en que al día siguiente ninguno se acuerde ya, que olvide lo que le dijeran los arcanos les fuera a suceder, pues nada cambiaría, porque: «lo escrito, escrito está»…

-Y yo, esta mañana, me enamoré de la lluvia chispeante, por la tarde me dejó, pero vino el sol y me volví a enamorar, puede que esta noche le sea infiel con la luna, pero no será traición, él antes me abandonó, o quizás con las estrellas me eche a dormir, dejando que alguna de ellas repose sobre mi pecho, y al despertar saldré de entre las sábanas como alma que lleva el diablo, para sorber un riquísimo café y luego seguir -.

~¡¡Príncipes y princesas, caballeros, poetas, gigolós o mujeres fatales, románticos, señoritas, hombretones, muchachitas rescatables de prisiones perdidas, héroes enmascarados, a caballo o en bicicleta, heroínas, tonticos o villanos!!

¡Diviértanse y hagan el amor!~

Inventando. «Formas del amor: Por debilidad»

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-¿Por qué me quieres?-, le preguntó, esperando escuchar las maravillas, cualidades y calidades personales que le llevaran a amarle.

No todo amor surge del enamoramiento, los hay que se aprenden, el que crece desde el encuentro calmo o el amor que se cultiva. El que sale de nosotros o llega a los sentidos  y aumenta en su correspondencia, sea a un ser humano, un animal, las plantas o a un paisaje y lugar.

Sin amor propio también se puede amar, todos son validos y posibles en el sentir. ¿Cambia el amor en los diferentes estados y en el porqué se ama?

-Te quiero porque si-, dijo esperando concluir.
-¿Por qué me quieres?-, insiste.

Hay quien ama por necesidad, ¿quién no?. Hay quien ama la maravilla, ¿quién no?.

-Te necesito a mi lado-, dijo.
-¿Por qué yo, por qué me necesitas a mí?-.

La soledad crea un vacío que a veces se hace amor. ¿Y sigue siendo, cuando al despegarte es amor sin necesidad de que vuelva de inmediato, sintiendo una gran falta en ti?.

-¿Me necesitas a mi?-
-Te necesito, porque me haces ser mejor, eres quien me hace mirar lo pequeño o imperceptible, ver lo bueno de los demás, creer más en mí y aspirar a hacer realidad mis sueños-

La necesidad es una correspondencia esperada, aunque no siempre es una falta o debilidad. Amar desde el miedo a lo que te falta o a la soledad es una pérdida de parte de ti mismo, es aliviar el miedo, esconderlo. Amar porque has de llenar vacíos de ti.

¿Será amor?

-Y, ¿si yo no existiera?-.
-No sabría lo feliz que me hace esa forma de ser que me enseñas-.
-¿Por qué me quieres?-, volvió a preguntar.
-Porque si tú no estás, todo se vuelve gris-.
-¿Y si muero?-
-Amaré lo pequeño, lo imperceptible, lo bueno de los demás-.
-¿Me amas?-
-Te amo, porque si y por mucho más-.
-Y, ¿por qué te quiero yo?-, le preguntó.
-Porque sabes de mi debilidad por ti, porque necesitas saber que alguien más puede ver lo que tú ves, que crea también en tus sueños y compartirlo-, le respondió.

Tantas formas de amor, tan grandes o pequeños como concebir el tiempo, pues si un minuto puede hacerse eterno o una mano te pudiera ofrecer el mundo entero…

…¿sería amor?…

Desde tu debilidad, ¿y si el amor en sí lo fuera?, seria amor, si, claro…, es necesidad primordial en cualquier caso, es una forma de amor: «amar por debilidad».

Inventando. «Aprendiendo a querer»

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Siempre he vivido de forma intensa mis relaciones y las de los demás, he vivido las intimas, amores, desamor, apegos y desapegos, decepciones, enamoramientos, romanticismos y conservadurismos, en diferentes posiciones y formas, de amistad, pareja y familiar.

Lo normal de la vida…

Las relaciones son lo más importante, lo que nos hace humanos y lo que nos afecta de forma estructural.

En fin… o desde el principio…

Me enamoré. Si.

La primera persona de la que
me enamoré fue de mi madre, y después de mi padre. Es evidente que el concepto de mi persona estaba supeditado al reflejo que daban ellos de lo que les producía mi existencia, desarrollé mi estructura emocional a través de lo que ellos me hacían vivir. Y ¡qué sencillo parece, qué natural, que básico!

Se complicaba la vida con el acontecer, inclemencias vitales, crisis, malos días, estupendos momentos y la convivencia… haciendo de mi, un ser humano, capacitado para llevar, lo mejor posible, todos estos amores y complejas sinapsis sociales.

Y sigo, seguimos aprendiendo, comprendiendo cómo somos… y me asombra la cantidad de años que llevamos en este mundo, caminando, y lo que más nos cuesta es: «comprendernos», » aceptarnos» y «resolver las emociones».

Me apasiona el mundo de los símbolos…

Hay un objeto-lugar, que me gusta mucho, que es metáfora universal. Lo tengo muy cerca últimamente, donde a veces voy a trabajar: el pozo.

Lo han tapado para que nadie arroje basura.

Tiene agua.

¡Me encanta!

Creo que a todo el mundo le atrae asomarse y le complace ver que puede funcionar a pesar de que no se use ya. Y todos nos imaginamos que alguien lo usaba entonces… Actualmente éste, es casi un ornamento y símbolo de un modo de vida.

Justo, ese pozo, representa una manera de vivir, una sociedad. Relaciones, entre individuos y su entorno. Es como si, a pesar de la evolución, los cambios políticos o sociales, de la ciencia, la mecánica o medicina… este pozo es inamovible, aferrado a la fuente de vida de su interior. La constante en el centro de la interacción diaria entre las personas y su propio concepto de si y supervivencia individual.

El pozo… es profundo y misterioso, inagotable y esencial, contiene el elemento básico para el vivir.

El agua y los sentimientos… esos que son como el dios venerado entre dos seres humanos… en ese espacio de entre dos, contenedor de la vida… como el pozo.

Y ese mundo emocional se vive de forma cíclica, sin evolución ni ismos, períodos que duran la vida de un hombre o mujer. Podemos cambiar de conceptos o posición social, pertenecer hoy a un grupo o mañana crear una familia de uno. Y toda la vida se resumirá en una mirada, en un contacto de manos, de abrazos, de palabras y gestos.

Y parece tan sencillo…
…pero no lo es…

Es fácil apegarse, habituarse, depender y acostumbrarse… a alguien… a un precioso paisaje cultivado de trigo… es fácil amar.

Lo difícil es saber amar…

Es un sentimiento, querer,
es un deseo, una ilusión.
Es atracción sin remedio
es instinto incontrolable.
Es conseguir y satisfacer
ser premiado y poseer.
Es lograr y sentirse bien.

Es saber hacer sentirse querido
es conseguir cumplir deseos.
Hacer realidad la ilusión,
poseer y saber dejar libre.
Es instinto humano natal,
sin compromiso que firmar.
Estar abierto a recibir,
y dar sin condición.
Compartir el éxito y el logro,
saber hacer sentir bien.

En fin… o desde el principio…

Me enamoré. Se enamoró. Si. Amamos y queremos.

Nos caímos en el pozo… en esa forma de amar que hay que aprender, para seguir usándolo y aprendiendo a apreciar.
A veces se asoman curiosos a ver el fondo, y ven su propio reflejo con ilusión… y no se dan cuenta de que en el fondo, no son ellos a los que ven, somos nosotros, que estamos aprendiendo a amar mejor.

No cambia esto del amor, es como el pozo, está en el centro del periplo de la vida del ser humano. Inamovible, enraizado a la tierra, sea ornamento o no, su esencia se mantiene renovadora en su interior, pudiendo abastecer de este básico elemento a toda la humanidad.

Hay quien tira monedas a su interior deseando lo que las estrellas fugaces fueron incapaces de dar… hay quien lo tapa para que nadie arroje basura en él…

Solo una vida… por muchas que hayan vivido otros… solo una vida para esperar que nuestros deseos dependan de que una moneda nos enseñe a amar.

El amor… es profundo y misterioso, inagotable y esencial, contiene el elemento básico para el vivir.

Mujer sin igual

Diario no diario. «Mío»

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«Solo tengo una manera de querer», eso me respondió mi amigo un día, después de ver cómo besaba, hacia carantoñas y le decía cosas bonitas a una perrita, su sobrina canina; la misma forma con la que expresa su cariño a sus seres humanos queridos. Tuve la primera sensación tipo «vaya, qué tierno y bonito», pero después sentí celos de recibir igual trato.

El porqué de los celos, la posesión, la libertad, las formas de amor y la correspondencia emocional.

Es una barbaridad meterme en este berenjenal conceptual, que es bastante relativo y del que se escribe y se sigue estudiando tanto, será porque da demasiad0s quebraderos de cabeza a todo el mundo.Y por algo será, que me parecen emociones que no varían ni evolucionan con la sociedad, quedando obsoletos y arcaicos en su práctica para un objetivo no adaptado a la realidad.

Los celos

Puede ser que desde que nacemos y tenemos toda la atención de nuestro cuidador, creamos vínculos y apego que nos llevan a tener un sentido de la posesión de estas personas, cosa que no eres consciente hasta que llega un hermano u otro bebé al que tu madre hace carantoñas. «Mi madre es mía». Así tu mejor amigo, ese con el que tienes mayor complicidad y apego, puede que tenga otros compañeros con los que tenga tanta intimidad o mejor afinidad que contigo y le llegues a reclamar más atención y tiempo. «Mi amigo es mio». Si ya complicamos más aún las relaciones, los novios y novias «son tuyos», por supuesto que no lo compartirías, a tal nivel de derechos, con otra persona.

…mientras somos niños… en tanto la adolescencia… y en fin… llegamos a complicar más aún la vida, con responsabilidades, sueños, proyectos, objetivos, metas, profesión, propiedades, deberes, derechos, pagos, hijos, familia y dinero. Sin tener en cuenta etapas de evolución personal, experiencias que nos van puliendo el carácter, frustraciones y caídas varias que acontecen en nuestras vidas.

De repente aparece este sentimiento tan destructivo, los celos. Queremos que nos quieran a nosotros más que a nadie, que a nadie quiera como a ti te quiera, que no haga el amor a nadie más que a ti y de la misma manera, y nadie será mejor de lo que tú has sido. Porque la pareja es para ti, de tu propiedad, no podrá reproducirse con nadie más. Y no es esto lo realmente importante, lo que más nos preocupa a las parejas es que lleguen a tener tanta complicidad, intimidad o vínculo con otra persona de tu mismo sexo, que solo les falte follar, para que sean lo mismo que tú, exceptuando la parte de compartir casa, familia, facturas, proyectos en común… como aquel, … si, ese, … ummm, tener un hijo… o ese otro… si, ummm, ese que suelen hacer las parejas en el futuro… eeeesoooo… (buh, ni puta idea), divertirse lo más posible, en cualquier caso.

La pareja

Todos queremos tener compañía, nos gusta la idea de compartir la cena o el desayuno, discutir con alguien de tus decisiones, que te escuche sobre lo que pasó en el trabajo o de qué color pintar las paredes. En mayor o menor medida, hasta el más amante de la soledad o lobo solitario, tiene a alguien cercano con el que compartir esto, sea amigo, colega, padres, hermanos, gato o el barman.

Hay quien quiere lo que viven los protagonistas de los cuentos, series y películas, claro, es idílico, tanto en matrimonios que llegan a viejos juntos y unidos, después de haber superado los avatares de la vida, el trabajo, la crianza y quién sabe cuántas cosas más, como en parejas que superan tantas piedras en el camino que la magia del destino hará que pasadas todas las penas, finalmente se unirán porque «es el destino«.

La realidad es otra, a veces funciona así, se unen personas que se acompañan toda la vida, incluso dejando de ser parejas, siguen siendo colegas de profesión. Tenemos ejemplos conocidos en el mundo de la música, el arte, la literatura, la ciencia, la danza o el deporte. A pesar de los cambios que genera el tiempo en la sociedad, hay relaciones que fructifican, familias que van bien y superan unidas lo que les acontezca, igual que hay personas que siguen hacia delante y van superando traumas y momentos de gran shock .

Los cambios emocionales que sufrimos con un desamor o una separación, desilusión, pérdida o abandono, son duros de superar, pasamos por fases que ocupan todo nuestro ser, abordando todos los aspectos de tu vida hasta que los vas superando y finalmente aprendes a vivir otra vez.

El problema de los celos radica en estos sentimientos de posesión y éste en nuestra forma de amar, en cómo hemos aprendido.

«Mi madre» «Mi juguete» «Mi ropa» «Mi hermana» «Mi mejor amiga»

«Mi coche» «Mi casa» «Mi ordenador» «Mi dinero» «Esto lo he hecho yo y es mío»

Mío

¡Mi novio, novia, mi pareja, mi marido, mi esposa!

Estamos en el siglo XXI, evidentemente ya no estamos en peligro de extinción, muy mal tienen que ir las cosas para que haya que ir a cazar un jabalí para comer y no tenemos problemas para buscar un lugar seguro para vivir y protegernos de las inclemencias del tiempo, (en general, digo, me planteo esto desde la cómoda situación de la clase trabajadora y adaptada a la tecnología… en fin, tampoco me voy a meter en temas más deprimentes).

Pues me planteo que, si el hombre ha tendido siempre la comodidad, a tener más tiempo para el placer y el ocio, y hemos inventado todo tipo de cacharros para facilitar las tareas y minimizar el esfuerzo físico, ¿cómo es posible que no seamos consciente de esto?

El placer

Ya no buscamos al mejor macho o hembra para mejorar la especie, queremos sexo. Nos gusta el juego del amor o lo que creemos que es el amor, en esto del sexo, me refiero. Porque a nadie se le ocurriría buscarse un hermano por un fin de semana, buscar, enamorarlo, hacerle el amor y después decirle: «no, perdona, no es para siempre, soy más de ir de un hermano en otro». Pero si ocurre con las parejas.

Todos queremos asegurarnos ese entorno de apego, tener ese alguien con quien sentarnos a echar unas cervezas en casa tranquilos, sin más, en silencio. Somos sociales, nos gusta ser correspondidos, queridos, aunque sea por tu pececito en la pecera, y queremos que dure, intentamos crear esos vínculos que hagan que permanezca cerca esa persona, asegurarnos tener sexo mañana y pasado mañana y el otro.

Hay quien no, quien prefiere relaciones sexuales, con o sin enamoramientos o romanticismo por medio, esporádicas, sin compromiso de mantener en el tiempo con una finalidad que ninguno de los dos tiene idea, porque realmente es así… ambos temen a pensar que es para toda la vida, aunque parezca que no, es así.

Pensamos que hoy en día lo normal o habitual es que las parejas se unan para terminar conviviendo juntas por alguna razón reproductiva, posible u obligatoria o ejercer como matrimonio ante el círculo de amigos, compañeros, familia y demás. Comprometidos a vivir compartiendo gastos, proyectos por fuerza mayor comunes, diversiones, vicios, ocio, soportar reuniones familiares (por cojones, cuando en realidad te quedarías solo en babia tirado en el sofá durante varias horas).

Si dos personas quieren estar juntas debe haber más motivación que el enamoramiento, la atracción física, la pasión o consecución del objeto de deseo, pues si es solo esto, hoy en día, no tiene más futuro que ese, el conseguir el objeto deseado, después, se acabó la diversión y buscaremos otro nuevo.

En cualquier cosa debe haber una motivación personal arraigada a estar vivos y ser nosotros mismos. A todos nos gusta desarrollarnos, crecer, evolucionar, conocer mejor o hacernos buenos en algo, que nos quieran, que nos busquen, que nos necesiten y ver cómo lo que construimos o nuestro esfuerzo tiene un fruto. Pero tenemos un impedimento muy grande, y éstos son los límites que nos ponemos a nosotros mismos, sobretodo aquellos que se nos imponen desde una supuesta sociedad que has ido formando en tu mente, que ha de ser, la has visualizado de forma tan clara que da hasta miedo pensar que se puede desmoronar por completo.

El miedo

Estoy absolutamente segura que la raíz de todo mal o hecho destructivo (no me gusta el concepto de mal generalizado), es el miedo.

«Si estudias conseguirás un buen trabajo» «Si tienes un buen trabajo podrás comprar una casa» «Si encuentras a un buen o buena chica…»…. en fin, todas estas cosas… trabajo-casa-coche-pareja … y después a vivir y disfrutar de lo que hemos trabajado durante años para que lo tengas fácil. ¡Ala!, ¡ve!, ¡sé feliz! (Nuestros padres se han hartado de currar para darnos estudios universitarios).

Tenemos miedo a expresar lo que queremos, a vivir como nos va dictando la lógica o el instinto, a no cumplir con los objetivos familiares o sociales, miedo a no gustar, no ser lo suficientemente guapos, delgados, listos, valientes, capaces, profesionales, miedo a que nos abandonen, a estar solos, a no corresponder, a defraudar, a no poder pagar lo que se supone que debo tener, miedo a los juicios de los demás, miedo al fracaso de ideales que no existen… PORQUE NO EXISTEN

Mentimos, hasta a nosotros mismos.

Omitimos, lo que realmente pensamos o  sentimos.

Fingimos ser quien pensamos que los demás quieren.

Disfrazamos el amor de destino y futuro.

Ocultamos, debajo de la alfombra lo que no nos gusta de nosotros.

Aparentamos ante la sociedad para desnudarnos en casa.

Simulamos placer, cuando no tenemos ganas.

Encubrimos nuestros actos manipulando los hechos.

Por miedo a no ser y hacer como somos y nos dicta nuestra lógica, haciendo siempre lo que parece que debemos. Miedo a decir no, a decir si, a querer y a no querer, a estar solos.

¿Por qué?, por falta de amor propio, desconocimiento, si, creo que el miedo es ignorancia.

La infidelidad

De esto no voy a pensar mucho, pues hace tiempo que creo que la fidelidad y su juicio social, está vinculado a no propagar enfermedades de trasmisión sexual y a asegurar que el mismo padre no reparta su esperma, tanto para asegurar el alimento a un núcleo familiar y controlar que hermanos, en desconocimiento, se unan en futuro matrimonio… pero esto ya lo hemos superado.

La gente se preocupa más de si su pareja le es o no fiel, de lo que debería realmente hacer: elegir lo que quiere a su lado, elegir cómo quiere ser y qué hacer con su vida.

La libertad

Tiene diferentes valores según dónde, quién o con quién. La más importante es la de tu pensamiento y capacidad de elección. Eres libre de hacer y elegir, tanto como para aceptar deberes, derechos, responsabilidades o desecharlos.

En el aspecto de la pareja y los celos, creo que está mal interpretada esta libertad. Pensamos que si dejamos libres a nuestras parejas sexuales, se irán inmediatamente con una u otro, faltando al compromiso de monogamia supuesta.

La libertad no es lo contrario a la propiedad, a la posesión.

No eres libre al despojarte de todo objeto, deber o compromiso. Y mucho menos es tan sencillo como el pensar en el sexo libre en parejas abiertas, pues aún así, no entran conceptos de libertad semejantes, siempre hay un compromiso, una responsabilidad, un trato de respeto y conciencia.

Libertad es una forma de vivir, sintiéndote feliz con lo que haces y cómo. Esto se acerca más, y entra todo, toda forma o concepto social.

Vive bajo tu propia perspectiva y experiencia, sé libre y decide por ti, sin miedo, sin referencia, arriesgándote, sin esconder ni arrancar ni una sola hoja del calendario, pues cada cosa que vivas es tuya y lo elijas hacer y con quien pasas el día, tiene también un pasado y un futuro propio.

Tu libertad es también no exponerla en manos de experiencias ajenas, es también saberte ante el abismo del desconocimiento y un desconocido futuro del que no sabes nada y no tienes más que saber.

El sexo

El sexo es un sentido, una manera de amar. Es la que no necesita idioma o conocimiento. Es un lenguaje directo, capaz de conmover todos los demás sentidos. Crea una unión y comunicación perfecta y fluida entre dos personas, que sin conocerse, se desnudan y entran en la intimidad del otro, sin más nada. Es un sentido impresionante, si, directo, sin la interpretación del color o el tono, sabores o texturas… son y sin más, fluyen. Bueno, a veces no va, pero son las que menos.

En estas formas de amar, el sexo lo compartes con otros que sienten atracción o ganas de intimar contigo de esta forma, ya no tiene la función de reproducción, así que se ha convertido en un sentido más que podemos disfrutar y desarrollar en sensibilidad como el oído a la música, el paladar a las exquisiteces, el tacto y la vista al arte y a la belleza per se.

Y claro que nos hace sentir extraños que hoy, sigamos pensando que con quien compartimos este sentido, es: «Mi pareja sexual»,  pero en la mayoría de las ocasiones, nos estamos mintiendo, porque en base a lo que montamos nuestra historia de amor, es el deseo de conseguir el objeto de nuestro enamoramiento, que nos provoca la pasión y revuelve las entrañas. Ya no buscamos tener hijos, no buscamos formar una familia con la que sentarnos en la mesa camilla y envejecer haciendo crucigramas o pasear y esperar la jubilación.

No, ya no es así… y antes tampoco, pero mucho menos ahora. Ser madres o padres es una decisión consciente y bilateral.

El amor

Y solo hay una forma de amar:

AMAR SIN MIEDO

AMAR LIBRE

AMAR SIN CONDICIÓN

AMAR SIN POSESIÓN

AMAR POR AMAR

POR DAR

POR QUERER

AMAR PORQUE ERES AMOROSO

ASÍ QUE, ¡AMA!

a tu forma

…y si llegas a amar durante toda tu vida, serás afortunado, aunque sea a tu pez de colores.

«…después de convivir, cuidar y conocer a un perrito lindo, un bodeguero-mix durante tres años, entiendo perfectamente cuánto se puede llegar a querer a otro ser, que de una manera incondicional, responde y te corresponde siempre, sin hora ni momento incorrecto… entiendo y comprendo que la forma de amar otra forma de vida, depende de ti». 

Post Data: Cuando le ponga nombre a un perrito le llamaré «mi perrito», así todo el mundo le llamará así, pero a él le dará igual, pues no entenderá más que de mimos y carantoñas, sea quien sea quien se las fuera a dar.

Inventando. «Formas del amor: Incondicional»

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Hoy, a las 6:50 am abrí los ojos, dejé la ventana abierta para ver el cielo al despertar. Justo a esa hora nací.
Demasiado temprano para llamar a la madre que me dio a luz, así que esperé. Ella llamó y yo la felicité, pensando que, cinco días al año ella celebra de forma especial habernos parido. Me contó una anécdota curiosa, y es que yo también estuve en el vientre de mi abuela… como óvulo, pero estuve… curiosamente cierto.

Iba a viajar hoy, lo he retrasado por estar al teléfono recibiendo las felicitaciones de mi familia. Me he quedado a medio vestir sentada en la cama, sonriendo.

Amor incondicional

Es el amor sin condición,
creciendo y aprendiendo,
unidos, con o sin razón.
La voz que es familiar,
que ayuda con aliento
y acompaña al caminar.
Con acierto es extraordinario,
el amor que es normal,
y querer sentirte es necesario.
Como preciosos tesoros,
expuestos en un altar,
sin lugar a ser adorados.
Siempre, aún si no es hoy,
te busca y te ha de encontrar,
¡hasta el abismo, yo voy!
Es tan cotidiano ese amor,
que no media con vanidad,
es generoso hasta en el error.
No es consanguinidad,
es fortuna que se hereda,
en vivencias de la edad.
Amor incondicional,
que hace la vida serena
y te hace inmortal.

Siento que hay manos que nunca me soltarán, pues es ley de vida nacer solos, pero desde ese preciso momento hay alguien que te abriga, alimenta, enseña y te acompaña en camaradería; a veces esporádica, otras durante un tiempo de encuentros y en muchas ocasiones y con gran fortuna, de forma incondicional.

No puedo mas que rendirme a esa forma de amor para con quien me convive en lo extraordinario y normal,  en amarme, aún cuando me pierdo, equivoco, fallo, logro, hago sentir o siento dolor… inexorablemente… ahí están.

Gracias por vuestro amor incondicional.

Inventando. «Cuando te vas»

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Cuando te vas, necesito crear y conmover mis entrañas .

Cuando estás, quiero caminar y reposar contigo.

Cuando no estás, siento ganas de correr y subir montañas.

Cuando no te vas, quiero reír, bailar y caer en el abismo.

  ~

¡Quédate! y matemos la rutina que el sol y la luna nos exige.

¡Vete! y volaré con las luces en el cielo de sueños.

¡No te vayas! y la memoria creará con los dos una efigie.

¡No te quedes! y la ciudad será un campo de reflejos ajenos.

 ~

Cuando te vas, mi ego me acompaña y dirijo hazañas.

Cuando estás, todo parece más fácil y nada, imposible.

Cuando no estás, mi piel cambia de olor y analizo mis caras.

Cuando no te vas, las horas parecen pocas y lo hacemos creíble.

 

(Qué difícil es decirte adiós)

Inventando. «Formas del amor: Expiatorio»

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Cuando el amor es expiatorio, es también amor, cuando no tiene otra forma de ser,

de todas las infinitas posibilidades y entornos, elegimos cómo dar y cómo recibirlo.

Yo: ¿Es amor?

Tú: Lo es.

Abrazo

El amor,

es altruista, dependiente, íntimo, cómplice, es comprometido y vinculante;

libre, generoso, grande, constructivo, fantasioso o subyugador.

~

El amor,

incita a cambiar, nos enseña, ilusiona, enamora, equilibra o apacigua;

a ser estupendos, sugerentes, atractivos, contagiosos y a ser abrumador.

~

El amor,

se puede recibir, coger, robar, regalar, ofrecer, ser inspirador y donante;

puede torturar, sacrificar, acongojar, delirar, apaciguar o ser conquistador.

~

El amor,

es culpable, rencoroso, viciado, acoplado, gozoso o celante sin malicia;

sacrificado, tortuoso, descuidado, envidioso, expiatorio y vacilador.

~

El amor,

perturba los sentidos, te arrastra a la desolación, a veces es disonante;

puede ser y no, irremediable, difícil, discreto, astuto o simplemente amor.

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