Salgo del envoltorio de mi cuerpo, ya inútil, como muerto. Me dirijo hacia la etérea imagen que es solo un presentimiento, como las líneas que veo en el papel en blanco antes de empezar a dibujar. Me siento como nómada de mi misma, de una yo a otra yo que espera a que la habite, con otros sueños, nuevos horizontes, otra forma de mirar.

Quizás vaya a playa Tabuca, el país que se parece mucho a este, pero que es absolutamente diferente.

Si quieres verme, tendrás que viajar en el atunero que sale antes del amanecer, o también soñando, cantando desafinado o en avión de papel.