Inventando. «En el mar no hay puertas ni ventanas»

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Mientras salía por la ventana me di cuenta de que había dibujado un sendero en el muro exterior. Lo seguí confiada, ya que creí recordar haberlo hecho yo misma.

A medida que avanzaba el camino, algunos trazos, que aparecían borrosos al principio, fueron tomando forma y colores nítidos. Al final del sendero encontré una casa y otra ventana, me paré e investigué si había puerta de entrada, cuando de repente, ahí estabas tú, diciéndome adiós con un beso en la mano, y me vi a mí misma saliendo por la ventana y siguiendo el sendero dibujado.

Esperé a alejarme y te observé mientras me mirabas marchar. Entonces, cogiste una lata de pintura y cubriste el dibujo hasta blanquearlo por completo.

No supe hacia dónde ir. También me preocupaba si mi otro yo encontraría el camino bajo el recién blanqueado, así que, cuando hubo anochecido, terminé de cubrirlo todo, tanto ventanas y la puerta, y pinté un inmenso paisaje lleno de senderos, montes, caminos, bosques, ríos y horizontes, un mundo sin puertas ni ventanas.
Y me dibujé a mi misma, llegando al mar.

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Inventando. «Jamás se fue sin corazón»

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Jamás me volví a quedar mucho tiempo. Se me agarra el corazón a la carne y duele demasiado separarlos.

-Me voy-.
-Siempre te vas-.
-Quizás vuelva-.
-Cuando se sale por la ventana, no hay vuelta posible-.
-Siempre me voy-.
-Te vas-.

Jamás volvió para quedarse más o menos tiempo. Se le agarra el corazón a la carne y duele demasiado vivir sin corazón.

-Me voy-.
-No te vayas nunca-.
-Volveré-.
-Saliste por la ventana y no sirve para entrar-.
-Ya me quedé siempre-.
-No habrá vuelta atrás-.

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Las puertas son sobretodo de entrada
se pueden abrir para salir a por el pan
para ir a pasear o si te invitan al café
son abatibles como en el viejo Saloon.

Las ventanas no sirven de bienvenida
se cierran al frío o los amores vuelan
son para asomar al paisaje o saludarme
translúcidos al deseo y opacos al corazón.
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Jamás volvería para siempre. Su corazón se agarró a la carne y dolió demasiado arrancarlo.

-Me fui-.
-Te marchaste-.
-Dejé tu corazón-.
-Desde la puerta te vi alejándote-.
-Adiós-.
-Jamás se fue sin corazón-.

Inventando. «Nos dijimos adiós»

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Nos dijimos adiós con las palabras,
con un beso en la palma de la mano,

nos dijimos adiós con las lágrimas,
con un gesto de amor al aire vano.

Cuánto dolor en lo mutuo que calló,
en la calzada una vida en cajas al avío.

cuánto desaliento en el espacio dejó,
el eco del deseo resonaba en el vacío.

Nos dijimos adiós con las palabras,
no fue suficiente todo lo desatado,

nos dijimos adiós con las miradas,
a pesar de súplicas y lo arrebatado.

En la voluntad de saber del amargor,
de todos los dulces, al amor acojo,

con la dignidad del perdedor,
el camino a la libertad escojo.